¿Qué escuchar? Cuando eres instrumentista.

¿Qué ocurre si vertemos una gota de tinta roja en una jarra de agua clara? ¿Tenemos agua clara o agua clara con una gota de tinta roja? Obviamente ninguna de las dos. Tenemos una nueva coloración en todas las moléculas de agua contenidas en la jarra. […] Un nuevo medio no añade algo, lo cambia todo. Neil Postman

En nuestros días y con las Tecnologías de la Información y Comunicación es ejercicio frecuente acceder a la música de manera inmediata; es habitual encontrar posteos en redes sociales de “el último disco” o “el reciente trabajo” del solista o agrupación de nuestra preferencia, de hecho existen redes sociales basadas en música o videos con este propósito.  Para el Quehacer Musical esto se torna en una herramienta de consulta y análisis de tendencias en nuestra disciplina, a la vez que coadyuva a la práctica de la misma permitiendo de manera paralela a esta categoría situarnos también como usuarios con oportunidad de escuchar aquello que es de nuestro interés.

Es así que en mis momentos de internauta asiduo he tenido oportunidad de encontrar sitios que me han permitido descargar una amplia audioteca con material muy diverso; aquello que por momentos he sentido curiosidad por escuchar o también repertorio que he tenido que estudiar, también las horas de escucha me han permitido descubrir sonidos nuevos para mi oído.

Existen muchos sitios en la red que permiten apelar a la diversidad cultural sonora: Live365, Itunes, Spootify, Shoutcast y una innumerable cantidad de Broadcastings donde podemos escuchar absolutamente todo. Pero he aquí el meollo del asunto ¿Qué oír? ¿A quién? ¿En qué momento escuchar? ¿Qué cantidad de piezas? Eso definitivamente va muy ligado a nuestro contexto inmediato y la mayoría de las ocasiones se encuentra relacionado con nuestra propia práctica, con nuestro ejercicio musical. Es así que a partir del instrumento(s) que estudies (el ensamble con quien estés tocando, o género en el que planees incurrir) lo “lógico” o más común es escuchar piezas, solistas, agrupaciones, etc.  que tengan relación directa con ello, de manera ardua y durante lapsos de tiempo prolongados hasta poder cumplir tus objetivos.

Pero si bien este camino común y lógico tiene sus parámetros de asertividad, honestamente me parece de igual preponderancia a la par escuchar diversas piezas que puedan aportar diversidad en nuestra formación; con dotaciones instrumentales similares a la nuestras o completamente distintas, de igual manera géneros contrarios a nuestro contexto ¿por qué no escuchar música que no acostumbramos? O aquella que pensamos nunca iremos a tocar.

En esta profesión he conocido personas que al igual que yo, han tenido interés por escuchar más, dirigir los oídos hacia otros rumbos que no son aquellos relacionados con nuestro instrumento o que con el paso de los años hemos encontrado la necesidad de encontrar nuevos referentes para llevarlos a nuestra propia práctica. Pienso en la función de Recomendación aleatoria que me brindan las redes sociales mencionadas anteriormente, donde a partir de etiquetas de categorías de género, artista, álbum y demás nos enlistan las posibilidades de audición hacia otras piezas musicales y me doy a la tarea de generar mis propias variables a partir de recorridos semánticos desde el título de la pieza(s), nombre del compositor, día, mes año, color de la portada, etc. y abro los oídos para escuchar otras cosas y tratar de sacarlas de su contexto.  Escuchar todo en ejercicio de transferencia debiera ser cotidiano entre los músicos.

-Comparto algunos enlaces-

Gladys Hulot and Tom Fink




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